El paisaje en la alcarria de Guadalajara , lo forman relieves heterogéneos, quebradizos de mil colores. Salpicados de imponentes encinas y robles centenarios que perduran en el tiempo como testigos monumentales de los sempiternos bosques que poblaban la península ibérica  y cuyos restos se esparcen a día de hoy por estos interminables paramos. Impresiona saber que siempre han estado ahí ,testigos mudos del paso inexorable del tiempo.

Parajes interminables, salpicados de colores imposibles donde en primavera y durante el torrido verano se muestran como un tapiz de colores imposibles,en donde los artistas del arado dibujan sin saberlo bellas formas geométricas y cuadros que firmaría cualquier pintor impresionista.


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